Atrevido, juguetón y con un toque de ironía: el mundo creativo de Nora Toth
La ilustradora y diseñadora húngara Nora Toth transmite alegría y personalidad en todo lo que crea. Es conocida por su atrevido uso del color y sus formas divertidas. Su trabajo abarca encargos editoriales, envases y proyectos personales, como su dinámica serie 36 Days of Type. En esta entrevista, reflexiona sobre su trayectoria en el mundo de la ilustración, sobre cómo desarrolla su estilo y sobre la importancia que ha adquirido Affinity en su proceso creativo.
Nora, ¿puedes contarnos cómo te iniciaste en la ilustración?
El dibujo siempre ha formado parte de mi vida, desde que era niña. Estudié en un instituto de Bellas Artes y, más tarde, me licencié en Diseño Gráfico. Durante los últimos años he trabajado para varios estudios y agencias de diseño, principalmente como diseñadora gráfica, y empecé a crear ilustraciones solo por diversión en mi tiempo libre. Ahora que trabajo por cuenta propia, tengo más oportunidades de aceptar proyectos de ilustración, aunque sigo trabajando como diseñadora gráfica y de UX/UI para diferentes clientes.
¿Cómo describirías tu trabajo?
Normalmente, opto por un estilo divertido, con formas atrevidas y redondeadas, energía alegre, colores vivos pero sofisticados y un toque de ironía.
Cuando comienzas una nueva ilustración, ¿qué tipo de planeación lleva aparejada?
Suelo hacer bocetos muy rápidos y desordenados a lápiz o bolígrafo que no quedan nada bien; a veces la gente ni siquiera sabe lo que se supone que son. Pero estos bocetos me ayudan mucho en el proceso de ideación.
Nos encanta cómo utilizas los colores. ¿Cómo eliges la paleta de colores para tus ilustraciones?
En realidad, encontrar los colores adecuados es todo un reto para mí. Retoco mi trabajo muchas veces antes de decidirme por una paleta. En general, me gustan los tonos pastel vivos que crean un bonito contraste entre sí.
¿Dirías que tu estilo cambió mucho a lo largo de los años?
Aún no creo haber encontrado realmente mi estilo. También depende de las herramientas que utilice para un proyecto. Antes solía dibujar mucho con rotuladores finos, por lo que mi trabajo era más caricaturesco y detallado. Cuando pasé a la ilustración digital, cambié a un estilo más minimalista. Cuando participé en el reto “36 Days of Type”, necesitaba algo sencillo porque todavía trabajaba a tiempo completo en una agencia y solo podía dedicar poco tiempo cada día a crear. Ese proyecto me llevó aún más hacia el minimalismo. Estoy segura de que mi estilo seguirá evolucionando a medida que acepte más proyectos de ilustración.
Tu proyecto “36 Days of Type” se creó íntegramente en Affinity. ¿Qué opinas de Affinity como herramienta de ilustración?
Me encanta. Alguien me lo presentó antes del reto de "tipografía" y me quedé maravillada. Por supuesto, tuve que acostumbrarme a la interfaz, ya que es un poco diferente de los productos de Adobe, pero su uso es muy intuitivo. Sinceramente, no he vuelto a abrir Illustrator desde que tengo Affinity, aunque, como la mayoría de los diseñadores, solía ser mi principal herramienta vectorial.
¿Cómo se te ocurrieron tantas ideas diferentes?
Siempre empezaba haciendo bocetos en mi pequeño cuaderno. A veces se me ocurrían dos o tres ideas para una carta y luego elegía la que más me gustaba. Sin embargo, una cosa que haría de forma diferente es elegir un tema o asunto más específico. Cuando empecé el reto, sólo pensé "vamos a crear algo alegre y relacionado con la primavera", pero eso me daba demasiadas opciones y, al final, me encontré luchando con la ideación.
Cada ilustración tiene muchos detalles. ¿Cuánto tiempo te llevó hacer solo una?
La mayoría de las letras me llevaban entre cinco y seis horas, mientras que las más detalladas podían llevarme entre siete y ocho. Los días que tenía menos tiempo, optaba por algo más sencillo.
¿Te resultó difícil crear algo diferente cada día?
Sin duda fue un reto, pero de alguna manera conseguí mantener el ritmo hasta el final. Lo más difícil fue tener que publicar trabajos con los que no estaba totalmente satisfecha. Normalmente, reviso un trabajo varias veces antes de dar algo por terminado, pero el plazo tan ajustado no me lo permitió. Sin embargo, en cierto modo, esa limitación le dio frescura al proyecto.
¿Creea que es importante que los artistas dediquen tiempo a crear al margen de los proyectos por encargo?
Sí, es importante dejar algo de tiempo para los proyectos personales, ya que no existen las limitaciones o requisitos que conllevan los relacionados con el trabajo. Así es más fácil explorar, experimentar y mejorar nuestro estilo personal y nuestros conocimientos técnicos.
¿Hay algún ilustrador que te sirva de inspiración?
Hay muchos artistas excelentes, pero, por nombrar algunos, siempre me inspiran las obras de Paul Rand, Christoph Niemann, Rick Berkelmans, Agathe Sorlet e incluso las xilografías de Hokusai. Me gusta el trabajo de los artistas que tienen un estilo atrevido y un gran sentido del humor.
Echando la vista atrás, ¿cuál ha sido tu mayor reto a nivel profesional?
Diría que convertirme en autónoma. Siempre había trabajado por cuenta ajena y, en Hungría, es bastante arriesgado económicamente lanzarse por tu cuenta. Pero lo deseaba con todas mis fuerzas, ya que el trabajo autónomo se adapta mucho mejor a mi carácter que la típica jornada laboral de nueve a cinco. Espero poder seguir creciendo como ilustradora y empresaria, porque no quiero volver a ser empleada.
¿Cuál de tus proyectos anteriores crees que destaca más?
En los últimos años, he tenido la oportunidad de trabajar en varios proyectos apasionantes, pero hay algunos que destacan especialmente. Me encantó crear ilustraciones para envases de The Happy Pear en colaboración con la Ball & Socket Agency. Otro de mis favoritos fue diseñar un paquete modular de ilustraciones para el equipo de Blush. También disfruté mucho dibujando ilustraciones personalizadas para aplicaciones de The People Spot y trabajando en piezas editoriales para la revista Glamour Hungary.
¿Cómo organizas tu jornada laboral?
Suelo hacer una lista de las tareas que quiero realizar cada día, pero sigo teniendo problemas con la gestión del tiempo. Es sin duda un aspecto que me gustaría mejorar.
Por último, si no fueras ilustradora, ¿qué serías?
Probablemente una pianista de jazz. Era un sueño de infancia, pero no empecé a tocar hasta los 20 años, ya que no tuve la oportunidad antes. Ahora sigo estudiando, así que de momento es sólo un hobby.
