Anne Albert: “Para encontrar mi estilo tuve que hacerme muchas preguntas”.
La ilustradora Anne Albert ha creado un lenguaje visual distintivo que resulta a la vez divertido y profundo. Conocida por sus formas atrevidas, sus limitadas paletas de colores y su sencillez gráfica, utiliza la ilustración como herramienta para destilar ideas complejas en imágenes expresivas que invitan a la reflexión. En esta entrevista, Anne nos habla de su trayectoria como creativa curiosa hasta convertirse en ilustradora editorial, reflexiona sobre las preguntas que le ayudaron a desarrollar su estilo y nos cuenta cómo es trabajar con Affinity, en qué se inspira y cuáles son sus proyectos de futuro.
Anne, ¿cómo y cuándo descubriste que querías ser ilustradora?
Desde niña supe que quería expresarme a través del arte. Me interesaba la fotografía, el dibujo y la escritura. También cantaba y escribía letras para un grupo en el que tocaba, así como para la banda de mi instituto. En aquel momento, no tenía muy claro qué medio se adaptaba mejor a mí.
Al terminar el instituto, estudié arte y ciencias de la comunicación, y enseguida me di cuenta de que quería crear arte por mí misma. Así que empecé a estudiar Comunicación Visual en la Universidad Bauhaus de Weimar. Las clases estaban muy orientadas a la práctica. En mi segundo semestre, me apunté a un proyecto de ilustración en el que teníamos que diseñar la portada de varios libros. Una de mis portadas se publicó y entonces me di cuenta de que tenía talento para plasmar historias en imágenes sencillas pero impactantes. Ese éxito me animó a seguir adelante y, hoy por hoy, sigo disfrutando de mi trabajo como ilustradora.
¿Qué te llevó a dedicarte al trabajo editorial?
En parte, fue mi estilo el que me llevó hasta allí. No me atrae la ilustración de personajes; prefiero utilizar la ilustración para expresar una idea o un estado de ánimo general, más que para crear personajes encantadores.
Disfruto mucho trabajando en ilustraciones editoriales. Los editores suelen tener mucha confianza en mí, lo que me permite desarrollar mis propias ideas con libertad. Aunque el trabajo puede ser difícil, me divierte mucho crear ideas rápidas en plazos cortos.
Tienes un estilo muy característico. ¿Cómo lo desarrollaste y en qué te has inspirado principalmente?
Mi estilo está en constante evolución y he trabajado mucho para llegar al punto en el que me encuentro ahora. Pero no creo que llegue nunca a “alcanzar” una versión final de mi voz, porque siempre estoy aprendiendo y creciendo, tanto como persona como ilustradora.
Para encontrar mi estilo tuve que hacerme preguntas como: ¿De dónde vengo? ¿Qué me hace ser única? ¿Qué me gusta?
Aparte de eso, siempre me han inspirado muchas cosas: la música, la naturaleza, el arte, otras ilustraciones y el diseño gráfico. No puedo señalar una única fuente de inspiración. Lo que ha dado forma a mi trabajo es, más bien, una mezcla de mis experiencias, mi personalidad e intereses.
Tu empleo del tamaño y la dimensión realmente llama la atención. ¿Cómo lo abordas?
¡Muchas gracias! Esto es algo que no dejo de perfeccionar. A menudo reviso ilustraciones antiguas y me doy cuenta de que las proporciones no me convencen, entonces me pongo a pensar en cómo podría abordarlas de forma diferente ahora.
Es un proceso continuo de aprendizaje y observación para descubrir qué dimensiones se adaptan mejor a mi lenguaje visual. Siempre intento encontrar un equilibrio entre una fuerte expresividad y reducciones inteligentes.
¿Utilizas un enfoque distinto cuando creas trabajos editoriales y publicitarios?
La verdad es que no. Siempre que se trate de un trabajo por encargo, mi flujo de trabajo es más o menos el mismo.
Aunque sí hay una gran diferencia entre el trabajo por encargo y el personal. Cuando trabajo en proyectos personales, tiendo a cuestionarme mucho más. No hay un tema fijo sobre el que trabajar ni una fecha límite, por lo que el proceso es más introspectivo.
Trato de descubrir los temas en los que quiero profundizar. Esto suele implicar más inseguridades, pero también me encanta. Me ayuda a entender cuál es mi estilo y qué tipo de historias quiero contar.
¿Cuándo empezaste a utilizar Affinity y qué opinas del programa?
Empecé a usar Affinity en 2019, mientras buscaba un flujo de trabajo más eficiente. Me pareció increíblemente útil que las áreas de trabajo de píxeles y vectores estuvieran combinadas en una sola aplicación. En mi opinión, hace que todo sea mucho más fácil de manejar.
Si pudieras ilustrar para cualquier publicación, ¿cuál sería y por qué?
Es una pregunta difícil. Por supuesto, muchos ilustradores sueñan con alcanzar ciertos hitos, como trabajar para The New York Times o crear una ilustración para la página de inicio de Google.
Me encantaría crear un libro ilustrado. Me gustan mucho los libros, así que ese proyecto sería muy especial para mí.
¿Quiénes son tus héroes creativos?
Hay muchos creativos que me inspiran. No los llamaría necesariamente héroes, pero han tenido una gran influencia en mí.
Entre mis fuentes de inspiración destacan diseñadores gráficos estadounidenses como Saul Bass, artistas de la Bauhaus como Gunta Stölzl y Alma Siedhoff-Buscher, y pintores como Picasso y Matisse. También admiro a ilustradores de la antigua RDA, como Elizabeth Shaw y Manfred Bofinger.
Me fascinan los detallados dibujos de Ernst Haeckel, y hay muchos artistas contemporáneos a los que admiro por su capacidad para crear obras sencillas e impactantes en campos muy diversos. Algunos de ellos son Olimpia Zagnoli, Zack Rosebrugh, Geoff McFetridge y Hvass & Hannibal.
¿Hay algún proyecto en el que te gustaría trabajar en el futuro?
Me encantaría ver más ilustraciones mías en espacios públicos, como paredes, o en productos como alfombras y vajillas. Y, como mencioné antes, también me gustaría mucho crear un libro.
Por último, ¿qué consejo le darías a los aspirantes a ilustradores autónomos?
Que se centren en lo que los hace únicos en lugar de compararse demasiado con los demás. Puede ser un reto, pero esa mentalidad les ayudará a desarrollar su propio lenguaje visual.
Que sigan creando, que sean constantes, que crean en ellos mismos, pero que también estén abiertos a la autorreflexión y a las críticas constructivas.
